Los principales expertos en el campo de la neurología volvieron a reunirse este año en el mayor encuentro mundial de investigación sobre la EM. La atención se centró en los aspectos clínicos de la enfermedad, la patología y la patogénesis, los biomarcadores de imagen y no imagen, así como las opciones de tratamiento actuales y en desarrollo.
Además de la predicción de la progresión de la enfermedad, aún no se ha investigado bien la respuesta óptima a la inmunoterapia. Por ello, se investigó si una combinación de mediciones objetivas y biomarcadores podría predecir la respuesta óptima a la inmunoterapia o la presencia de actividad y progresión de la enfermedad en un momento determinado [1]. Se formaron tres cohortes de pacientes con esclerosis múltiple (EM) y se registró la actividad de la EM (evidenciada por la presencia de recaída o progresión en la puntuación EDSS) en cada paciente. La primera cohorte (IRM) estaba formada por 816 pacientes que se sometieron a una evaluación cuantitativa automatizada por IRM utilizando el software ICOMETRIX; la segunda cohorte estaba formada por 281 pacientes a los que se comprobaron los niveles séricos de neurofilamentos (NFL) en uno o más puntos temporales; en la tercera cohorte, 181 pacientes se sometieron a evaluaciones cognitivas detalladas. Se calcularon diversas medidas de estos grupos de parámetros y se correlacionaron con la presencia de actividad de la EM. Se calculó un factor de riesgo para diferentes umbrales y, a continuación, se utilizó una combinación de parámetros para crear una calculadora de riesgo acumulativo para la actividad de la enfermedad.
El riesgo relativo (RR) de actividad de la EM fue similar en hombres y mujeres, pero significativamente mayor en los pacientes con enfermedad progresiva y valores de EDSS >4,0. Un cambio anual en el volumen cerebral de >1,0% en la RM se asoció a un RR de 1,92 y un cambio anual en la carga total de lesiones de >1,0 ml se asoció a un RR de 2,58. Una puntuación z >1,5 en los valores de la NFL se asoció con un RR de 1,96 y una puntuación z de
Efectos de las comorbilidades
Varios estudios sugieren que la comorbilidad influye en los resultados clínicamente relevantes en la EM. Sin embargo, se sabe menos sobre el impacto de la comorbilidad en las medidas de actividad de la enfermedad. Un grupo de investigadores se dedicó a evaluar la asociación de las comorbilidades con la actividad de la enfermedad en ensayos clínicos de terapias modificadoras de la enfermedad (TME) [2]. Se realizó un metaanálisis en dos fases de los datos de participantes individuales de ensayos clínicos de fase III de DMTs para la EM. Se incluyeron estudios de 2006 a 2020 con un periodo de seguimiento de al menos dos años. Las comorbilidades individuales incluidas fueron hipertensión, hiperlipidemia, cardiopatía funcional, cardiopatía isquémica, enfermedad cerebrovascular, enfermedad vascular periférica, diabetes, enfermedad tiroidea autoinmune, diversas enfermedades autoinmunes, migraña, enfermedades pulmonares y cutáneas, depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. El análisis incluyó a 16794 pacientes de 17 estudios clínicos.
La presencia de ≥3 comorbilidades se asoció con un 13% más de riesgo de actividad de la enfermedad en comparación con los individuos sin comorbilidades. Se observó un 20% más de riesgo de actividad de la enfermedad en individuos con ≥2 enfermedades cardiometabólicas en comparación con individuos sin enfermedades cardiometabólicas. Un mayor riesgo de actividad de la enfermedad se asoció con un mayor número de trastornos mentales y en individuos con depresión en comparación con individuos sin depresión. Los resultados subrayan el impacto negativo de las comorbilidades investigadas sobre la actividad de la enfermedad en la EM y hacen de la prevención y el tratamiento de las comorbilidades una preocupación clínica urgente.
No ignore la depresión
La prevalencia de la depresión en pacientes con esclerosis múltiple (EMP) es tres veces mayor que en la población general. Estudios recientes han demostrado que la depresión comórbida en pwMS puede conducir a peores resultados clínicos, incluyendo un mayor riesgo de recaídas y neurodegeneración acelerada. Estos hallazgos sugieren que la depresión puede tener una patogenia compartida con la EM que va más allá de la mera carga psicológica de una enfermedad crónica. Además, investigaciones recientes apoyan un mecanismo de la depresión relacionado con el sistema inmunológico, respaldado por los hallazgos de que unos niveles periféricos elevados de interleucina-17A (IL-17A) pueden afectar a la síntesis de serotonina. Sin embargo, queda por aclarar la contribución de la inmunodeficiencia a la depresión comórbida en personas con EM. Éste era el objetivo de un estudio reciente [3]. Se halló una correlación genética significativa entre la depresión y la EM, aunque no se demostró ninguna relación causal entre ambas enfermedades. Se identificaron varios loci de riesgo comunes en relación con la activación de las células T, que se asignan a HLA-B, CFB y SLC12A5. El vínculo entre la depresión y la EM a través de la activación de las células T se vio respaldado además por el MTAG y el análisis de enriquecimiento de vías. Mediante scRNA-seq, los investigadores descubrieron un grupo de células T CD8+ en pwMS con depresión comórbida que son capaces de reconocer tanto la proteína básica de la mielina (MBP) como los péptidos de la glutamato descarboxilasa 2 (GAD2) tras la presentación de la molécula HLA-B. Este grupo de células T CD8+ mostró una elevada expresión de IL-17A y RORC. Los resultados sugieren que los trastornos inmunitarios comunes pueden contribuir a la depresión comórbida de la EM.
Congreso: ECTRIMS 2024
Literatura:
- Panayiota P, et al.: Prediction of MS activity and progression with the use of a combination of objective biomarkers (levels of serum neurofilaments, cognitive testing, and quantitative MRI measurements); suggestions for building a risk-calculator. O002/1829. ECTRIMS 2024 – Oral Presentations.
- Salter A, et al.: The Association of Comorbidities and Disease Activity in Phase III Clinical Trials for Disease-Modifying Therapies in Multiple Sclerosis. O005/1392. ECTRIMS 2024 – Oral Presentations.
- Wang X, et al.: Immune Dysfunction Contributes to Comorbid Depression in Patients with Multiple Sclerosis. O034/1580. ECTRIMS 2024 – Oral Presentations.
InFo NEUROLOGIE & PSYCHIATRIE 2024; 22(6): 24 (veröffentlicht am 5.12.24, ahead of print)