Los productos de protección solar como productos sanitarios: ¿qué significa esto para el consumidor? Se cuestiona críticamente la relevancia de la radiación IR y el papel de las fotoliasas.
Nuestras actividades de ocio estacionales al aire libre hacen que la protección solar sea un tema constante cada año. De abril a agosto se habla mucho de prevención primaria en la prensa y se acompaña de una amplia gama de recomendaciones.
Preguntas orientativas para este artículo
¿Cuáles son las tendencias de este año? Este artículo está dedicado a tres temas que se examinan con más detalle y se someten a un escrutinio crítico, porque no todo lo que pasa por ser una tendencia se basa en información sólida sobre los consumidores.
La gran mayoría de los productos de protección solar en Europa y Suiza se clasifican como cosméticos o productos cosméticos . Desde hace unos años, los productos de protección solar también se anuncian como productos de la categoría de productos médicos. ¿Qué hay detrás de esta nueva categoría y qué ventajas ofrecen estos productos?
Los primeros productos de protección solar que salieron al mercado estaban destinados a permitir el bronceado sin quemaduras solares (eritema) (principalmente protección contra la radiación UV-B). También se ha reconocido la importancia de la radiación UV-A. Desde mediados de la década de 1980, se ofrecen productos que también protegen en la gama UV-A. Tras el cambio de milenio, se debatió intensamente la importancia de la radiación infrarroja (IR) para la piel. El daño potencial de la radiación IR en las estructuras cutáneas más profundas llevó al desarrollo de productos de protección solar que también ofrecen protección IR. ¿De qué se trata exactamente?
Los productos de protección solar convencionales se utilizan para prevenir los daños cutáneos y actúan reduciendo la radiación UV. Los cambios que ya se han producido en el ADN de las células de la piel ya no pueden influir en él. Datos recientes indican que la aplicación tópica de enzimas de regeneración del ADN puede reparar específicamente los cambios ya producidos inducidos por los rayos UVB. En este contexto, hoy en día se ofrecen productos que contienen enzimas de regeneración del ADN, como las fotoliasas. ¿Cómo funcionan estos preparativos?
Productos de protección solar de la categoría Productos sanitarios
A diferencia de EE.UU. o Australia, donde los productos de protección solar se clasifican como medicamentos, en Europa y Suiza estos productos se declaran como cosméticos o productos cosméticos. Por primera vez en Suiza (2007) y posteriormente en toda Europa, algunos productos de protección solar se anunciaron también como productos sanitarios. Un vistazo a la situación jurídica actual ayuda a responder a la pregunta de qué hay detrás de esta categoría de productos sanitarios y qué ventajas ofrecen.
En Suiza, los productos sanitarios están regulados por la Ley Federal de Medicamentos y Productos Sanitarios (812.21, Heilmttelgesetz, HMG). Se definen como productos destinados a uso médico y […]cuyo efecto principal NO se consigue con un medicamento. La legislación suiza y europea regula aquí una clase de productos tremendamente amplia. En consecuencia, el conjunto de normas también es muy amplio. La definición define los productos sanitarios […]como cualquier instrumento, aparato, dispositivo, programa informático, sustancia u otro artículo, utilizado solo o en combinación, incluido el programa informático destinado específicamente por el fabricante a ser utilizado con fines diagnósticos y/o terapéuticos y utilizado para el correcto funcionamiento del producto sanitario, destinado por el fabricante a ser utilizado en seres humanos para los siguientes fines: detección, prevención, seguimiento, tratamiento o alivio de enfermedades; […]y cuya acción principal prevista en o sobre el cuerpo humano no se logre por medios farmacológicos o inmunológicos o metabólicamente, pero cuyo modo de acción pueda ser asistido por dichos medios.
Los productos cosméticos pueden distinguirse de este grupo. Los productos cosméticos se definen en la Ordenanza sobre Productos Alimenticios y Artículos de Utilidad (LGV; SR 817.02) como sustancias o preparados destinados a entrar en contacto externo con las distintas partes del cuerpo humano (piel, sistema piloso, uñas, labios y regiones íntimas) o con los dientes y las mucosas de la cavidad bucal, […]con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, alterar su aspecto o afectar a su olor corporal, o con el fin de protegerlos o mantenerlos en buen estado. Están prohibidas las referencias de cualquier tipo a un efecto curativo, calmante o preventivo de enfermedades de los artículos de utilidad (por ejemplo, propiedades medicinales o terapéuticas, efectos desinfectantes o antiinflamatorios, recomendaciones médicas) (Art. 31 párr. 3 LGV). ¡Hay excepciones! En el caso de los productos dentales y para el cuidado bucal, las referencias a la prevención de la caries y otras propiedades dentales preventivas están permitidas si pueden demostrarse científicamente (Art. 31 para. 4 LGV). Para los productos cosméticos, la Ley Alimentaria no prevé actualmente una protección general contra el engaño. El engaño sólo es inadmisible si puede resultar perjudicial para la salud. Un ejemplo típico sería la crema solar que no tiene el factor de protección indicado.
Los textos legales dejan claro rápidamente que, a diferencia de los productos cosméticos, en la publicidad de los productos médicos se puede hacer una supuesta promesa de curación. La loción Actinca® de Spirig Pharma AG (ahora Galderma S.A.) fue el primer producto de protección solar del mundo en ser notificado y comercializado como producto sanitario en Suiza y Europa. En ensayos clínicos A) una protección eficaz contra varios tipos de cáncer de piel leve, como una disminución del 53% de las queratosis actínicas y ningún nuevo carcinoma escamoso invasivo en un plazo de 2 años de uso regular del producto, y B) la prevención de los síntomas del lupus eritematoso cutáneo [1,2].
Mientras tanto, en Suiza ha salido al mercado otro producto cosméticamente muy atractivo, SunsiMed de Pierre Fabre, que promueve la prevención de la queratosis actínica, el cáncer de piel (excepto el melanoma) y el envejecimiento cutáneo relacionado con la luz. En toda Europa han aparecido en el mercado otros numerosos productos médicos similares. Según la legislación suiza y europea, debe disponerse de una evaluación clínica para cada producto. Esto se basa (A) una evaluación crítica de los resultados de todos los ensayos clínicos realizados; o B) en una evaluación crítica de la literatura científica pertinente disponible en la actualidad sobre la seguridad, el rendimiento, las características de diseño y la finalidad prevista del producto. El objetivo es demostrar la similitud del producto con el producto al que se refieren los datos. Se puede adivinar que aquí hay mucho margen para incluir muchos estudios científicos en una evaluación. Para reconocer y evaluar los beneficios adicionales de dichos productos, es aconsejable obtener una colección completa de datos clínicos publicados CON el producto sanitario anunciado.
Protección IR
En los últimos años, se ha informado mucho sobre la protección IR [3] y algunos proveedores de protectores solares anuncian conceptos de protección IR. La radiación IR es más baja en energía que la luz ultravioleta, pero penetra más profundamente en la piel que la luz UV, independientemente del tipo de piel. Allí daña la estructura del colágeno y acelera así el envejecimiento de la piel. Las mitocondrias desempeñan un papel especial en los daños cutáneos inducidos por la IR. La radiación IR provoca la formación de radicales de oxígeno reactivos en las mitocondrias, que a su vez desencadenan la “transducción retrógrada de señales”. La transducción de señales conduce en última instancia a un aumento de la expresión de la enzima metaloproteinasa-1 de la matriz (MMP-1, colagenasa-1), lo que provoca una descomposición del colágeno en la piel y, por tanto, un envejecimiento cutáneo acelerado. Actualmente no está claro si el aumento del estrés oxidativo inducido por la IR también está asociado a una mayor carcinogenicidad. Varios grupos han creado mezclas especiales de diferentes antioxidantes que supuestamente neutralizan los radicales reactivos del oxígeno creados por la luz infrarroja de onda corta en las células de la piel y sus componentes. Estos efectos están bien documentados en numerosos sistemas in vitroper se. Sin embargo, en el único estudio clínico realizado hasta la fecha, este efecto es modesto [4]. Los datos anteriores también se cuestionan porque la cantidad de radiación IR utilizada experimentalmente supera con creces la cantidad de radiación IR que recibe un veraneante hambriento de sol en la playa o los trabajadores de determinadas profesiones (sopladores de vidrio, herreros) [5]. Esto pone en duda la utilidad de la protección tópica contra las IR.
La protección IR implica la neutralización de un agente dañino endógeno (radicales de oxígeno reactivos) recién creado por la radiación IR, mientras que la protección UV implica la absorción de un agente exógeno dañino (fotones). Tampoco hay sustancias con filtro IR que puedan incorporarse a los productos de protección solar. En resumen, esto significa que la protección IR es la limitación del daño y la protección UV es la prevención del daño. Basándose en los datos disponibles hasta el momento, la importancia y el beneficio de la protección tópica contra la IR aún no están claros.
Fotoliasas
Los productos de protección solar convencionales actúan reduciendo la radiación UV. La protección nunca es completa y a veces se denomina protección solar pasiva. Hoy en día, los productos que contienen enzimas de regeneración del ADN, como las fotoliasas, se comercializan bajo el término de fotoprotección activa. La protección solar activa está destinada a corregir específicamente los cambios inducidos por la radiación que ya se han producido. La neutralización de los radicales reactivos del oxígeno en las células de la piel y sus componentes por parte de los antioxidantes también puede entenderse como protección solar activa (véase también protección IR).
Las fotolasas son enzimas que intervienen en la reparación del ADN. Entre otras cosas, gestionan la resolución de los dímeros de ciclobutano-pirimidina (CPD), que se forman cuando el ADN se expone a la radiación ultravioleta. Las fotolasas fueron descubiertas por Claud S. Rupert en 1958. El descubrimiento marcó el inicio del campo de la reparación del ADN como disciplina científica. Demostró que el ADN bacteriano dañado por la luz ultravioleta era reparado por una enzima que utiliza la luz azul como fuente de energía. El mecanismo de reacción se describió como sigue: La luz ultravioleta convierte dos pirimidinas adyacentes, incluidas las timinas, en un dímero ciclobutano-pirimindina. La enzima conocida como fotoliasa utiliza la energía de la luz azul para escindir los dos enlaces “anormales” entre las timinas, convirtiendo el timímero de nuevo en dos timinas “normales”. Las fotoliasas reparan así el ADN y eliminan los efectos indeseables de la radiación UV. Un alumno de Claud Rupert – Aziz Sancar – fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 2015, junto con otros dos científicos, por la elucidación de los mecanismos de reparación del ADN [6]. Las fotolasas representan un grupo muy amplio de proteínas con estructuras similares pero funciones muy divergentes [7,8]. Por lo tanto, siempre se requiere una designación exacta de la fotoliasa utilizada en cada publicación en la que se utilicen fotoliasas.
Varios estudios pequeños han demostrado que la aplicación tópica de fotoliasa en productos con y sin filtro solar (filtros) producía una reducción de los dímeros de ciclobutano-pirimidina inducidos por UVB y de la muerte celular apoptótica. También en pacientes con xeroderma pigmentoso, el uso de un protector solar con fotoliasa produjo una reducción significativa de neoplasias como queratosis actínicas, carcinomas basocelulares y escamosos [9,10,11]. Estos resultados también se reconocen positivamente en diversas revisiones [12,13]. A menudo, los artículos científicos respaldan el efecto especial de los productos de protección solar con fotoliasas y, al mismo tiempo, forman parte de la notificación de los productos de protección solar con fotoliasas como productos sanitarios (véase más arriba).
Además del escaso número de casos, se observa en los artículos científicos que el principio activo de acción (fotoliasa) y la sustancia activa portadora apenas se describen con suficiente detalle. Rara vez se sabe con exactitud de qué fotoliasa se trata y de dónde procede el principio activo en qué forma. La fotoliasa, producida a partir del plancton fotosintético Anacystis nidulans, está disponible comercialmente, por ejemplo, a través del comerciante de materias primas ProTec Ingredia Ltd UK como Photosomes V en liposomas multilamelares (pH 7-8). El contenido o la actividad de la fotoliasa en los liposomas lo determina el fabricante mediante pruebas in vitroy se publica en un boletín técnico. Este distribuidor recomienda incorporar la suspensión de liposomas como aditivo al 1% en un vehículo tópico adecuado. Aún se desconoce si los liposomas son realmente estables en la forma tópica elegida y si la actividad de la fotoliasa se mantiene (incluso durante el almacenamiento). Sin embargo, las fotoliasas no sólo se encuentran en los protectores solares activos, sino también en numerosos productos cosméticos (por ejemplo, FILORGA SKIN-ABSOLUTE DAY® o cellcosmet CellLift Serum). Debido a la legislación, nadie espera que no se presente más información con estos productos, ya que se trata de productos cosméticos. Tampoco se exige explícitamente para un producto sanitario, pero se puede esperar mucho más de un producto que se utiliza en un ensayo clínico para el tratamiento y la prevención de lesiones cutáneas potencialmente malignas.
Las fotoliasas son proteínas con una masa molecular superior a 100.000 daltons. Para las moléculas con una masa molecular superior a 500 daltons ya es difícil o imposible superar el estrato córneo [14]. En este contexto, resulta difícil imaginar el modo de acción y el efecto de la fotoliasa tras su aplicación tópica.
A pesar de los numerosos informes clínicos positivos (los estudios se refieren en su mayoría al producto Eryfotona AK-NMSC®, ISDIN SA, Barcelona, España) sobre el efecto de la fotoliasa en los protectores solares con protección solar muy alta sobre la reducción de la A) Dímeros de ciclobutano-pirimidina inducidos por UVB y de B) las neoplasias como las queratosis actínicas y los carcinomas de células basales y escamosas carecen de una explicación convincente de los resultados de los informes clínicos. Además, en la mayoría de los casos falta una descripción lege artis de los productos utilizados en los ensayos clínicos.
Basándonos en los datos actuales, no hay ninguna razón para utilizar estos productos de forma preferente o exclusiva.
Conclusión
En el caso de los productos de protección solar notificados como productos sanitarios, se permiten declaraciones como “prevención contra la queratosis actínica, el cáncer de piel (excepto el melanoma) y el envejecimiento cutáneo relacionado con la luz” o “protección eficaz contra diversos tipos de cáncer de piel por luz”. Esto permite establecer una clara diferenciación con los protectores solares convencionales, que se asignan a la categoría de productos cosméticos. Para identificar y evaluar claramente los beneficios adicionales de dichos productos, se recomienda obtener una colección completa de datos clínicos publicados CON el producto sanitario anunciado.
La protección IR implica la neutralización de un agente dañino endógeno (radicales de oxígeno reactivos) recién creado por la radiación IR, mientras que la protección UV implica la absorción de un agente exógeno dañino (fotones). Dado que las cantidades de radiación IR utilizadas experimentalmente hasta ahora superan con creces las cantidades de radiación IR que recibe un veraneante hambriento de sol en la playa o los trabajadores de determinadas profesiones (sopladores de vidrio, herreros), también se cuestionan los informes actuales. Basándose en los datos disponibles hasta el momento, la importancia y los beneficios de la protección tópica contra la IR aún no están claros.
A pesar de los numerosos informes clínicos positivos sobre el efecto de la fotoliasa en los protectores solares con protección solar muy alta para reducir los dímeros de ciclobutano-pirimidina inducidos por los UVB o las neoplasias como las queratosis actínicas y los carcinomas de células basales y escamosas, falta una explicación convincente de los resultados de los informes clínicos. Basándose en estos datos, no hay ninguna razón para utilizar estos productos de forma preferente o exclusiva.
Mensajes para llevar a casa
- En el caso de los productos de protección solar notificados como productos sanitarios, se permiten las promesas de curación, a diferencia de los productos catalogados como cosméticos.
- El beneficio adicional de tales productos sanitarios sólo puede determinarse tras revisar todos los datos clínicos publicados sobre el producto anunciado.
- La protección IR es la neutralización de un agente dañino endógeno recién creado por la radiación IR (radicales de oxígeno reactivos), mientras que la protección UV es la absorción de un agente exógeno dañino (fotones).
- Basándose en los datos disponibles hasta el momento, la importancia y los beneficios de la protección tópica contra la IR aún no están claros.
- A pesar de los numerosos informes positivos sobre el efecto de la fotoliasa en los protectores solares, falta una explicación convincente de los resultados de los informes clínicos.
Conflicto de intereses: El Prof. Christian Surber es empleado de la Clínica Dermatológica Universitaria de Basilea y Zúrich. En el pasado, estuvo asociado en diversas funciones con las siguientes empresas: Actelion Pharmaceuticals, Allschwil; BASF Personal Care and Nutrition GmbH, Ludwigshafen; Galderma SA, Lausana; CureVac GmbH, Tubinga; Janssen Research & Development, Beerse; LEO Pharma GmbH, Neu-Isenburg; Novartis Consumer Health SA, Nyon; Novartis AG, Basilea; Roivant Sciences, Inc, Durham; Spirig Pharma AG, Egerkingen.
Literatura:
- Ulrich C, et al: Br J Dermatol. 2009; 161 Suppl 3: 78-84. doi: 10.1111/j.1365-2133.2009.09453.x.
- Zahn S, et al: Exp Dermatol. 2014; 23(7): 516-8. doi: 10.1111/exd.12428.
- Schroeder P, et al: Dermatólogo. 2009; 60(4): 301-4. doi: 10.1007/s00105-008-1626-8.
- Grether-Beck S, et al: Photochem Photobiol. 2015; 91(1): 248-50. doi: 10.1111/php.12375.
- Diffey B: Photochem Photobiol Sci. 2016; 15(3): 361-4. doi: 10.1039/c5pp00451a.
- Sancar A: Angew Chem Int Ed Engl. 2016; 55(30): 8502-27. doi: 10.1002/anie.201601524.
- Liu Z, et al: Phys Chem Phys. 2015; 17(18): 11933-49. doi: 10.1039/c4cp05286.
- Ozturk N: Photochem Photobiol. 2017; 93(1): 04-111. doi: 10.1111/php.12676).
- Stege H et al: Proc Natl Acad Sci USA. 2000;9 7(4): 1790-5. PMID: 10660687.
- Yew, L et al: Br J Dermatol. 2016; 175(6): 1391-1393. doi: 10.1111/bjd.14721.
- Moscarella E, et al: J Eur Acad Dermatol Venereol. 2017 (en prensa). doi: 10.1111/jdv.14209.
- Krutmann J, et al: Skin Pharmacol Physiol. 2015; 28(6): 281-9. doi: 10.1159/000437272.
- Megna M, et al: G Ital Dermatol Venereol. 2017 (en prensa). doi: 10.23736/S0392-0488.17.05567–5.
- Bos JD, et al: Exp Dermatol. 2000; 9(3): 165-9. PMID: 10839713.
PRÁCTICA DERMATOLÓGICA 2017; 27(2): 5-8