Si el bazo se agranda y como consecuencia irrita la cápsula esplénica, los pacientes suelen sentir una sensación de presión o incluso un dolor intenso. Si se sospecha un agrandamiento del bazo, la forma más fácil de aclararlo es mediante procedimientos de diagnóstico por imagen. En el caso de los quistes esplénicos, puede distinguirse entre quistes verdaderos y pseudoquistes. Si experimenta un dolor agudo en la región abdominal superior, debe pensar siempre en una rotura de quiste.
Los quistes son masas encapsuladas y llenas de líquido en un tejido u órgano. Puede haber una o varias cámaras en el interior. Se distingue entre verdaderos y pseudoquistes. Los quistes auténticos están revestidos por su propia capa de células, mientras que los pseudoquistes sólo están rodeados de tejido conjuntivo [1]. Las posibles causas de los quistes se enumeran en el Panorama 1 .
Los síntomas y el diagnóstico dependen del tipo y la localización del quiste. Las que están cerca de la superficie de la piel, como en el pecho, suelen verse o palparse debido a la hinchazón. Sin embargo, si se ven afectados órganos internos como los riñones o el hígado, el diagnóstico suele ser accidental, por ejemplo durante un examen de imagen. Las principales localizaciones pueden consultarse en el Panorama 2.
Los quistes pueden ser solitarios o multiloculares. Las alteraciones genéticas como causa de los quistes en síndromes son posibles, por ejemplo, en el síndrome de Hippel-Lindau o la poliquistosis renal autosómica dominante – PQRAD como enfermedad hereditaria común que afecta a alrededor de 1 de cada 1000 personas.
Los quistes esplénicos congénitos no suelen ser problemáticos siempre que no superen cierto tamaño y no desplacen a otros órganos ni provoquen complicaciones como hemorragias [2]. Un bazo sano es insensible al dolor. Sin embargo, si el órgano está agrandado e irrita la cápsula del bazo, los pacientes suelen sentir una sensación de presión o incluso un dolor intenso. Una aparición aguda de dolor en la región abdominal superior debe sugerir siempre una rotura de quiste [4]. Si el agrandamiento consecutivo del bazo provoca anemia, los pacientes suelen tener la tez pálida, estar cansados y sentirse físicamente agotados. Si el número de trombocitos también desciende, se producen con más frecuencia hemorragias nasales o pequeñas hemorragias de la mucosa oral. Un bazo agrandado también puede reducir el número de leucocitos blancos necesarios para la defensa inmunitaria. Esto hace que el organismo sea más susceptible a las enfermedades infecciosas.
Un bazo agrandado puede detectarse a la palpación bajo el arco costal izquierdo y confirmarse mediante procedimientos de imagen como la ecografía, la tomografía computerizada o la resonancia magnética; la eritropenia o leucopenia resultantes pueden verificarse en el examen de laboratorio.
En el diagnóstico diferencial deben tenerse en cuenta varias lesiones quísticas [5], enumeradas en el cuadro 3.
Las radiografías pueden contribuir poco al diagnóstico de los quistes esplénicos. Las calcificaciones pronunciadas de la pared se reconocen ocasionalmente como sombras en forma de arco en la parte superior izquierda del abdomen.
La tomografía computarizada permite determinar el tamaño exacto del bazo en todos los planos. La detección de cambios parenquimatosos, especialmente calcificaciones, es muy satisfactoria. Los quistes pueden delimitarse muy bien y las mediciones de densidad permiten sacar conclusiones sobre el contenido proteínico de los quistes.
La resonancia magnética también es muy adecuada para determinar el tamaño del bazo y detectar distintos tipos de masas. Sin embargo, las calcificaciones más pequeñas pueden escapar a la detección.
La ecografía es muy buena para detectar cambios estructurales en el bazo. Sin embargo, determinar el tamaño global del bazo en caso de esplenomegalia puede ser algo más complejo en comparación con las otras técnicas de imagen transversal
Estudio de caso
El estudio de caso muestra la evolución a lo largo de varios años de un quiste del bazo inicialmente grande y sintomático. La paciente, de 50 años en el momento del diagnóstico inicial y en buen estado de salud general, se quejaba de dolor ondulante y sensación de presión en la parte superior izquierda del abdomen. No había enfermedades concomitantes relevantes ni antecedentes de traumatismo. No se conocía una exposición particular a las enfermedades parasitarias, los valores de laboratorio habituales no mostraban ninguna desviación relevante de la norma. En marzo de 2015 se solicitó una resonancia magnética del abdomen superior para aclarar el diagnóstico. Se detectó un quiste no complicado de más de 9 cm de diámetro en el bazo agrandado (Fig. 1A y B). La paciente rechazó el tratamiento invasivo. Los controles ecográficos tres meses después del diagnóstico inicial y en agosto de 2018 no documentaron ningún cambio significativo en el tamaño y la estructura (Fig. 1C) . Una resonancia magnética del abdomen superior en febrero de 2024 mostró una reducción significativa del tamaño del quiste y, con una estructura interna predominantemente hipointensa no homogénea en todas las secuencias, se sospechó una calcificación pronunciada (Fig . 1D y E ). No hubo ningún acontecimiento desencadenante en el sentido de traumatismo o inflamación. La tomografía computarizada abdominal cuatro semanas más tarde confirmó la reducción significativa del tamaño del quiste esplénico y la calcificación subtotal y gruesa. Además, se detectaron pequeñas calcificaciones parenquimatosas (Fig. 1F y G).
Mensajes para llevar a casa
- Los quistes son cantidades encapsuladas de líquido que pueden presentarse de forma solitaria o múltiple en diversos tejidos y órganos.
- Se distingue entre verdaderos y pseudoquistes.
- Los quistes suelen ser asintomáticos, pero pueden causar sensación de presión y dolor dependiendo de su tamaño y localización.
- En su mayoría benignas, son posibles las complicaciones inflamatorias, las hemorragias, las rupturas o las degeneraciones.
- La ecografía, la tomografía computerizada y la resonancia magnética son adecuadas para el diagnóstico por imagen.
Literatura:
- «Zysten», https://medikamio.com/de-de/krankheiten/zysten, (último acceso 17.04.2024)
- «Milzzyste», www.klinikum.uni-heidelberg.de/erkrankungen/milzzyste-200073, (último acceso 17.04.2024)
- Kala PS, et al.: Primary epithelial splenic cyst: A rare encounter. Indian J Pathol Microbiol. 2019; 62(4): 605–607.
- Res LC, et al.: Spontaneous rupture of a non-parasitic splenic cyst. BMJ Case Rep 2019 Oct; 12(10).
- Warshauer DM, Hall HL: Solitary splenic lesions. Semin Ultrasound CT MR 2006; 27(5): 370–388.
InFo ONKOLOGIE & HÄMATOLOGIE 2024; 12(3): 34–36