Los pacientes con diabetes tipo 1 tienen un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades autoinmunes. Los síndromes polendocrinos autoinmunes son poco frecuentes, pero deben reconocerse a tiempo. Ciertas mutaciones genéticas son predisponentes. La determinación de anticuerpos desempeña un papel importante en el diagnóstico y la terapia.
En los síndromes polendocrinos autoinmunes (APS), se producen reacciones autoinmunes contra varios órganos endocrinos que acaban provocando su fallo. El APS tipo 2 suele aparecer por primera vez en la edad adulta joven, pero también hay excepciones con un inicio más temprano (recuadro). Se calcula que las mujeres se ven afectadas tres veces más [1]. Los principales componentes del APS tipo 2 incluyen la enfermedad de Addison, la tireopatía autoinmune y la diabetes mellitus tipo 1 [2]. Otras enfermedades autoinmunes asociadas son la celiaquía, la miastenia grave, el vitíligo, la alopecia y la anemia perniciosa [2]. La coexistencia de diabetes tipo 1 y enfermedad de Addison es especialmente peligrosa desde el punto de vista clínico, ya que puede complicar la contrarregulación de la hipoglucemia [7]. El APS es hereditario. Se supone una etiología multifactorial y una predisposición poligenética. Pueden pasar varios años entre la manifestación de las enfermedades autoinmunes glandulares individuales y el APS completo. Para poder reconocer y tratar el APS en una fase temprana, se sugiere el cribado serológico de los pacientes de riesgo con una enfermedad autoinmune [8]. Las pruebas autoinmunes y genéticas pueden ser útiles para ello. El APS tipo 2 se hereda de forma autosómica dominante con penetrancia incompleta y se correlaciona con diferentes alelos HLA. Los genes del complejo HLA del cromosoma 6 han sido identificados como el factor de riesgo más importante, en particular el HLA-DRB1*03, el HLA-DRB1*04 y el DQB1*02 [9]. En cuanto a la detección de autoanticuerpos en el suero mediante inmunofluorescencia indirecta e inmunoensayos específicos, destacan la 21-hidroxilasa (21-OH) para la enfermedad de Addison, así como diversos autoanticuerpos específicos de la diabetes y la tiroides (Tab. 1) [2,5]. En el tratamiento del APS tipo 2, la atención se centra en la sustitución pautada de las hormonas que faltan en las respectivas enfermedades existentes (enfermedad de Addison, tireopatía autoinmune, diabetes mellitus tipo 1) [3].
En el 95% de los casos, los autoanticuerpos contra las células de los islotes pancreáticos, la insulina, la glutamato descarboxilasa (GAD) y la tirosina fosfatasa son detectables en la primera manifestación de la diabetes tipo 1 (T1D) [6]. Estos autoanticuerpos pueden detectarse meses o años antes de que aparezcan los síntomas clínicos de la diabetes [6]. En un estudio de Savvateeva et al. Se analizaron los perfiles de anticuerpos de pacientes con síndromes polendocrinos autoinmunes (APS) con y sin diabetes y se compararon con un grupo de control sano. Para ello, se analizaron muestras de suero sanguíneo de 206 sujetos de entre 18 y 88 años: pacientes con APS tipo 1 (n=18), APS tipo 2 (n=39), patología endocrina autoinmune aislada (n=50) o patología endocrina no autoinmune (n=71), controles sanos (n=28). Los ensayos basados en microarrays mostraron diferencias en la prevalencia de autoanticuerpos. Una proporción significativamente mayor de pacientes con APS tipo 2 con o sin T1D presentaba al menos uno de los tres autoanticuerpos GAD-65, IA-2 o ICA en comparación con el grupo de control sano. (Fig. 1). Se observó un patrón similar con respecto a los dos autoanticuerpos TG o TPO, en el que aquí se comparó a los pacientes con APS con y sin AITD con un grupo de control sano. Así, al menos uno de los dos autoanticuerpos TG o TPO se detectó con mayor frecuencia en muestras de suero sanguíneo de pacientes con APS tipo 2 con y sin AITD [5]. Los autores destacan que ninguno de los pacientes con diabetes sola o asociada a APS-2 dio positivo en los tres anticuerpos relevantes para la diabetes (GAD, ICA, IA-2).
Literatura:
- Grossmann BM: Prevalencia de enfermedades reumatológico-inmunológicas en el contexto del fallo ovárico prematuro (FOP). Disertación inaugural, 2018, https://d-nb.info/1227973527/34, (última consulta: 28.09.2022)
- Herold M, Conrad K, Sack U (eds.): Autoimmune Diseases – A Guide for Family Physicians, edición traducida y editada de The General Practice Guide to Autoimmune Diseases, editado por Y. Shoenfeld y P. L. Meroni, Pabst Science Publishers 2012.
- Sperling MA, Angelousi A, Yau M: Síndromes poliglandulares autoinmunes. [Updated 2021 Apr 10]. En: Feingold KR, Anawalt B, Boyce A, et al, editores. Endotext [Internet]. South Dartmouth (MA): MDText.com, Inc; 2000. www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK279152, (última consulta: 28.09.2022).
- Hansen MP, Erlich M, Kahaly GJ: Enfermedad de Addison y síndromes pluriglandulares. Revista de endocrinología clínica y metabolismo 2013; 6(2), 5-11
- Savvateeva EN, et al.: Detección multiplex de autoanticuerpos en pacientes con síndromes poliglandulares autoinmunes. Int J Mol Sci 2021; 22(11): 5502.
- Hansen MP, Matheis N, Kahaly GJ: Diabetes tipo 1 y síndrome autoinmune poliglandular: Una revisión. World J Diabetes 2015 Feb 15; 6(1): 67-795.
- Lehnert H: Diagnóstico y terapia racionales en endocrinología, diabetología y metabolismo. 2015, www.thieme-connect.de/products/ebooks/lookinside/10.1055/b-0035-104807, (último acceso el 28.09.2022)
- Kuschnereit M: Demografía y clínica del síndrome autoinmune poliglandular, tesis doctoral, 2020, https://openscience.ub.uni-mainz.de/, (última consulta: 28.09.2022)
- Flesch BK, et al: Los haplotipos HLA de clase II diferencian entre los tipos II y III del síndrome poliglandular autoinmune del adulto The Journal of clinical endocrinology and metabolism 2014; 99(1): E177-182.
PRÁCTICA GP 2022; 17(10): 42-44