Se sabe que el rascado intenso desencadena una cascada de mecanismos. El ciclo picor-rascado no sólo deteriora la función de barrera de la epidermis, sino que también promueve la neuroinflamación en la piel a través de la interacción entre las células inmunitarias y las fibras nerviosas sensoriales periféricas. En la Reunión Anual de la ADF de este año se presentaron estudios con una metodología innovadora que pretenden averiguar más sobre la fisiopatología del prurito crónico.
Rascarse es la reacción fisiológica para aliviar la sensación de picor. Sin embargo, el rascado prolongado o intensivo daña la piel, lo que provoca el mantenimiento o la intensificación de los procesos inflamatorios, que a su vez favorecen el prurito [1]. Pueden desarrollarse pápulas, placas o nódulos hiperqueratósicos, rojo lívido o hiperpigmentados pruriginosos [2]. Numerosos estudios han demostrado que el prurito crónico o el prurito nodular crónico pueden provocar un sufrimiento subjetivo considerable [1]. El prurito crónico (PC) puede aparecer a cualquier edad y afectar a distintos grupos de pacientes; el espectro abarca desde dermatosis hasta enfermedades internas [3]. En un amplio análisis de cohortes realizado en Alemania, la edad media de los pacientes con PC era ≥60 años y los afectados presentaban a menudo comorbilidades [4].
¿Cómo reacciona la piel pruriginosa al picor inducido eléctricamente?
En un estudio de Renkhold et al. Se investigó la influencia del rascado crónico en la inervación de la epidermis y la reacción a los estímulos eléctricos en pacientes con PC [5]. Para ello, se analizaron biopsias de pacientes con dermatitis atópica (DA; n=35), prurito braquiorradial (BRP; n=34) y prurigo nodular crónico (CNPG; n=36) en piel pruriginosa liquenificada, pruriginosa no liquenificada y no pruriginosa no liquenificada en comparación con controles sanos. Se descubrió que la densidad de fibras nerviosas intraepidérmicas, medida por el número de fibras nerviosas que atraviesan la membrana basal, se redujo significativamente en las tres zonas cutáneas examinadas en los pacientes con EA, BRP y CNPG en comparación con los controles sanos. Tanto las zonas de piel pruriginosa de los pacientes con EA como con BRP presentaban un número significativamente menor de fibras nerviosas en comparación con la piel no pruriginosa, mientras que en el CNPG la piel con rascado crónico presentaba un recuento de fibras inferior en comparación con la piel pruriginosa, sin rascado y no afectada. La ramificación intraepidérmica de las fibras nerviosas era más pronunciada en la piel liquenificada, especialmente en los pacientes con BRP. Los investigadores sospechan que el aumento de la ramificación incrementa la excitabilidad neuronal local y compensa así parcialmente la pérdida de fibras. En cada grupo, hasta el 50% de los pacientes con parálisis cerebral reaccionaron con picor a la estimulación eléctrica con pulsos de onda senoidal y semisenoidal. Las intensidades máximas de picor inducido eléctricamente de estos respondedores aumentaron significativamente en las zonas analizadas de los pacientes, especialmente en la piel con picor, en comparación con los controles sanos.
Simulación del prurito mediante el uso de Cytostretcher
Rascarse mucho puede provocar la liberación de interleucinas y dañar la barrera cutánea, lo que intensifica el picor. Mientras que en la mayoría de los demás modelos in vitro se destruyen células para simular el picor y el rascado, lo que provoca una liberación no fisiológica de mediadores, Wiegmann et al. rascado con la ayuda de un citotensor para comprender mejor el papel de la tensión mecánica en el desarrollo del prurito [6]. Este enfoque permite imitar las condiciones mecánicas del rascado crónico sin dañar las células. Para investigar los efectos de las fuerzas mecánicas sobre la regulación de los componentes estructurales y los genes asociados al citoesqueleto relacionados con el prurito, Wiegmann et al. Queratinocitos de donantes sanos (NHEK) y queratinocitos de pacientes con PC que presentaban picor en la piel debido al rascado persistente (PL) y piel no afectada (NPNL) de los mismos pacientes (n=6) con el citostrazador. A continuación, los investigadores llevaron a cabo análisis del transcriptoma y del proteoma.
Los resultados revelan un vínculo sorprendente entre el estrés mecánico y la regulación de componentes estructurales básicos como las queratinas y genes asociados al citoesqueleto como la actina. Sorprendentemente, esta influencia resultó ser la misma en todas las muestras, independientemente de su origen. Además, el estudio reveló una influencia en los genes asociados al desarrollo de la proyección neuronal (por ejemplo, DPYSL3, VIM, CIB3, NDRG4) y del sistema nervioso periférico (por ejemplo, SLC5A3). Este descubrimiento va más allá de los meros patrones de expresión genética y fue corroborado en parte por los análisis del proteoma.
Resumen |
Renkhold et al: Los resultados indican que el rascado crónico reduce la densidad de fibras nerviosas intraepidérmicas, pero a cambio aumenta la excitabilidad neuronal local. La combinación de menos fibras pero excesivamente excitables en la piel sintomática puede promover un “patrón de contraste espacial” estimulado eléctricamente, que se interpreta como picor a nivel espinal. |
Wiegmann et al: Los resultados de este estudio ponen de relieve los efectos de largo alcance del rascado crónico -un factor de estrés mecánico- sobre la estabilidad y la morfología celulares. Además, indican un papel potencialmente transformador en los complejos procesos de inervación epidérmica y regeneración de las fibras nerviosas epidérmicas. |
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Congreso: Reunión anual de la ADF
Literatura:
- Ständer S, et al.: Directriz S2k: Diagnóstico y 1. Ständer S, et al.: Directriz S2k: Diagnóstico y terapia del prurito crónico. J Dtsch Dermatol Ges 2022; 20(10): 1386-1402.
- Pereira MP, et al: European academy of dermatology and venereology European prurigo project: expert consensus on the definition, classification and terminology of chronic prurigo. En: Revista 52 de la Academia Europea de Dermatología y Venereología: JEADV 2018; 32 (7), pp. 1059- 1065.
- Brand M, Kremer AE: Prurito sistémico: ¿Qué hay de nuevo en el diagnóstico y la terapia? [Prurito sistémico: novedades en el diagnóstico y el tratamiento]. Dermatología (Heidelberg) 2022; 73(8): 600-608.
- Ständer S, Luger, TA: Antagonistas NK-1 y prurito. En: Manual de farmacología experimental 2015; 226: 237-255.
- Renkhold L, et al: Altered epidermal neuroanatomy and increased local sensitivity driven by scratching in different entities of chronic pruritus, P184. 50th Annual Meeting of the Arbeitsgemeinschaft Dermatologische Forschung (ADF). Exp Dermatol 2024 Mar; 33(3): e14994.
- Wiegmann H, et al: Mechanical stress in pruritus pathogenesis and chronicity, P185. 50ª Reunión Anual de la Arbeitsgemeinschaft Dermatologische Forschung (ADF). Exp Dermatol 2024 mar; 33(3): e14994.
DERMATOLOGIE PRAXIS 2024; 34(3): 28 (publicado el 14.6.24, antes de impresión)