Además de la eliminación selectiva del patógeno, la terapia antibiótica provoca un cambio en el equilibrio del microbioma intestinal con efectos secundarios potencialmente negativos. La administración complementaria de probióticos puede reducir significativamente el riesgo de diarrea asociada a los antibióticos en niños y adultos, como demuestran varios metaanálisis de grandes conjuntos de datos clínicos.
La antibiosis no sólo ataca a los agentes patógenos, sino que también provoca cambios en la flora microbiana intestinal. Esto puede provocar una digestión deficiente de la balast y que se produzcan menos ácidos grasos de cadena corta. Debido a los cambios en los efectos osmóticos, no se elimina suficiente agua de las heces, por lo que éstas permanecen líquidas. La diarrea asociada a los antibióticos es una dolencia relativamente frecuente. En un estudio prospectivo multicéntrico con más de 2800 pacientes de , la incidencia fue de aproximadamente el 10% [1], aunque en la literatura se registran tasas más elevadas dependiendo del estudio.
Existe cierto riesgo de diarrea inducida por antibióticos con todas las clases de antibióticos, siendo especialmente afectados la clindamicina, las cefalosporinas, las penicilinas de amplio espectro y las combinaciones de antibióticos [2]. Los síntomas van desde cursos leves y autolimitados hasta afecciones potencialmente mortales [3]. Para proteger la flora intestinal bajo tratamiento antibiótico, el uso de probióticos ha demostrado su eficacia. Entre otros, se investigaron los efectos preventivos de los lactobacilos, las bifidobacterias y el Saccharomyces boulardii [4].
Reducción del alto riesgo en adultos y niños
La infección por Clostridium difficile (C. difficile) provoca una enteritis aguda con diarrea mucoso-sanguinolenta, fiebre y calambres abdominales. La gravedad de la diarrea asociada a C. difficile es muy variable; en casos extremos, es posible que se produzca un megacolon tóxico. Una revisión Cochrane [5] basada en datos de 31 estudios (n=8672) examinó la eficacia de los probióticos en la prevención de la diarrea por C. difficile en sujetos tratados con antibióticos. Se demostró que el riesgo se reducía en un 60% de media.
El hecho de que los probióticos conlleven una reducción del riesgo de diarrea asociada a los antibióticos no sólo en adultos, sino también en niños y adolescentes que toman antibióticos, quedó demostrado en una revisión Cochrane publicada en 2019 [6]. En el análisis se incluyeron 23 estudios con datos de un total de 6.352 sujetos de edades comprendidas entre los 3 días y los 17 años. Los probióticos administrados incluían Lactobacilli spp., Bifidobacterium spp., Streptococcus spp. o Saccharomyces boulardii, solos o en combinación en comparación con placebo o control en lista de espera. La duración del estudio fue de 5 a 12 semanas. La incidencia de diarrea inducida por antibióticos fue del 8% en el grupo probiótico frente al 19% en el grupo de control. La conclusión del estudio es que los probióticos pueden prevenir eficazmente la diarrea asociada a los antibióticos en esta población de sujetos. Según los autores, de los probióticos estudiados, el Lactobacillus rhamnosus o el Saccharomyces boulardii en una dosis de 5.000 a 40.000 millones de unidades formadoras de colonias (UFC) al día presentan el mejor perfil de eficacia-seguridad en este grupo objetivo.
Mecanismos de acción de Saccharomyces boulardii
La modulación del microbioma intestinal por los probióticos se basa en varios procesos moleculares que incluyen el desplazamiento de gérmenes patológicos, la secreción de sustancias antimicrobianas y efectos inmunológicos como la alteración de la fagocitosis de los glóbulos blancos y el aumento de ciertas inmunoglobulinas. Saccharomyces boulardii es un hongo de levadura utilizado para la prevención y el tratamiento de enfermedades diarreicas con propiedades antitóxicas, antiinflamatorias, antimicrobianas e inmunomoduladoras. En Suiza, el preparado Perenterol®, disponible en cápsulas o en polvo, está aprobado para esta indicación.
Se supone que el efecto antidiarreico del Saccharomyces boulardii se debe, entre otros, a los siguientes mecanismos [7]: Estimulación de la liberación de inmunoglobulinas y citoquinas, fijación de bacterias patógenas, neutralización de toxinas bacterianas. Además, este probiótico puede intervenir en la cascada de señalización inducida por la infección influyendo tanto en el sistema inmunitario constitutivo como en el adaptativo y provocando una atenuación de las reacciones inflamatorias excesivas. Estos mecanismos conducen a una disminución del potencial de adhesión de los patógenos, lo que ayuda a proteger la capa epitelial intestinal y reduce la pérdida de líquidos relacionada con la diarrea.
Literatura:
- Allen SJ, et al: Lancet 2013; 382(9900): 1249-1257.
- Guggenbichler JP: Pharmazeutische Zeitung 2017; 16, www.pharmazeutische-zeitung.de/
- Micklefield G: MMW – Avances en Medicina 2014: 156(1): 18-22.
- Mekonnen SA, et al: Opinión actual en biotecnología 2020; 61: 226-234.
- Goldenberg JZ, et al: Revisión sistemática Cochrane 2017; https://doi.org/10.1002/14651858.CD006095.pub4
- Guo Q, et al.: Versión publicada: 30 de abril de 2019, www.cochranelibrary.com
- Stier H, Bischoff SC: MMW – Fortschritte der Medizin 2017; 159: 1-6.
PRÁCTICA GP 2020; 15(11): 36