El uso del cannabis en medicina es objeto de un controvertido debate. En los últimos años se han logrado éxitos, sobre todo en el tratamiento del dolor. Sin embargo, también se considera su administración para la epilepsia. Ahora se ha evaluado sistemáticamente la credibilidad y la seguridad de las asociaciones entre el cannabis, los cannabinoides y los medicamentos a base de cannabis y la salud humana mediante estudios observacionales y ensayos controlados aleatorios (ECA).
(rojo) El cannabis contiene más de 100 cannabinoides, de los cuales el Δ9-tetrahidrocannabinol y el cannabidiol son los más relevantes desde el punto de vista clínico. El tetrahidrocannabinol es un agonista parcial del CB1 y se une a los receptores CB2. El CB1 se expresa ampliamente en las neuronas centrales y periféricas, pero también en las células inmunitarias y otros tipos de células del cerebro y la periferia, y cuando se combina con el tetrahidrocannabinol, se desencadena el llamado subidón, responsable de un posible abuso. Los receptores CB2 también se expresan en las neuronas, pero en menor medida que los CB1, y se encuentran con mayor frecuencia en las células inmunitarias. Sin embargo, el cannabidiol no produce un colocón y, por lo tanto, no tiene el mismo potencial de abuso de sustancias. Además, el cannabidiol no parece promover efectos inductores de psicosis.
Después del alcohol y el tabaco, el cannabis es la tercera sustancia de la que más se abusa. Se calcula que la prevalencia del trastorno por consumo de cannabis en EE.UU. ronda el 6,3% a lo largo de la vida y el 2,5% en los últimos 12 meses, y en Europa alrededor del 15% de las personas de entre 15 y 35 años afirman haber consumido cannabis en el último año. De los consumidores de cannabis, uno de cada tres desarrolló problemas relacionados con el consumo de cannabis que mermaron su capacidad de funcionamiento. Existen pruebas de que el cannabis puede ser perjudicial para la salud mental y física, así como para la seguridad vial. Por el contrario, el cannabidiol fue reconocido hace más de una década como candidato a
También se ha propuesto el tratamiento de enfermedades neurológicas como la epilepsia resistente al tratamiento en niños. También se ha sugerido que esta sustancia podría ser útil para la ansiedad y los trastornos del sueño e incluso como terapia complementaria para la psicosis. También se investigaron medicamentos a base de cannabis como posibles tratamientos para diversas enfermedades y síntomas.
Evaluación sistemática de la bibliografía del estudio
La publicación de meta-análisis que examinan los efectos de los cannabinoides sobre la salud y otros resultados ha aumentado significativamente. Sin embargo, la mayoría de los resultados metaanalíticos resumen datos de estudios observacionales y son susceptibles de múltiples fuentes de sesgo. Hasta la fecha, ninguna revisión global ha evaluado sistemáticamente las pruebas sobre el cannabis, los cannabinoides y los medicamentos basados en el cannabis y los resultados de salud en humanos a partir de metaanálisis que incluyan tanto estudios observacionales como ensayos controlados aleatorios. El objetivo de un estudio era, por tanto, evaluar sistemáticamente el alcance, la calidad, la credibilidad y la seguridad de los vínculos entre el cannabis, los cannabinoides y los medicamentos a base de cannabis y la salud humana.
Centrarse en la seguridad y la eficacia
Para ello, se incluyeron en el estudio 101 metaanálisis. Los ECA, que fueron respaldados con una certeza de alta a moderada, mostraron que los medicamentos a base de cannabis aumentaban los efectos adversos relacionados con el sistema nervioso central, los efectos psicológicos y la visión en personas con trastornos mixtos, pero mejoraban las náuseas/vómitos, el dolor y la espasticidad. En cuanto al potencial terapéutico de los medicamentos a base de cannabis, se ha demostrado que el cannabidiol tiene un efecto positivo en la reducción de las convulsiones en ciertas formas de epilepsia en niños y adultos, como el síndrome de Lennox-Gastaut, el síndrome de Dravet y otras formas de epilepsia. El cannabidiol aumentó el riesgo de diarrea y somnolencia, no tuvo efecto sobre los trastornos del sueño, pero redujo las convulsiones en diferentes poblaciones y medidas, mejoró la impresión general y la calidad de vida. En la esclerosis múltiple, los cannabinoides mejoraron la espasticidad y el dolor, pero aumentaron el riesgo de mareos, sequedad de boca, náuseas y somnolencia.
En definitiva, se ha demostrado que el cannabidiol es especialmente eficaz en personas con epilepsia. Además, los medicamentos a base de cannabis son eficaces para las personas con esclerosis múltiple, dolor crónico, enfermedad inflamatoria intestinal y en cuidados paliativos, pero no están exentos de efectos secundarios. Así, los medicamentos a base de cannabis podrían ser una opción útil para las personas con epilepsia, para el dolor crónico en diversas enfermedades, para la espasticidad muscular en la esclerosis múltiple, para las náuseas y los vómitos en poblaciones clínicas mixtas y para el sueño en pacientes con cáncer.
Fuente: Solmi M et al. Equilibrio entre los riesgos y los beneficios del consumo de cannabis: revisión general de metaanálisis de ensayos controlados aleatorios y estudios observacionales. BMJ. 2023; 382: e072348.
InFo NEUROLOGÍA Y PSIQUIATRÍA 2024; 22(3): 24